CENTRO COMERCIAL
Tengo que, tengo que, tengo que, tengo que, pero es que tengo que
Tengo que comprar regalos de navidad, por eso voy a un laberinto de tiendas y por un momento me creo la ilusión de la normalidad, incluso creo que tengo que comprarme unos botines de tacón. Pero dura poco, al rato estoy desconcertada porque la gente parece feliz en un centro comercial. Porque asisto a un concentrado de objetos de deseo que no sacian nunca nuestra sed. Voy al Alcampo para comprar queso, me pierdo, hay tanta comida envuelta en plásticos que ya no sé quién soy y qué hago en este lugar siniestro.
Pero tengo que, tengo que…
Presencié un cagatió en la talaia. La condición era que los regalos no fueran comprados, el resultado: regalos más personales, afectivos, divertidos y originales. Yo exploraba las reacciones de la gente con sus regalos, parecía un tipo de vuelta a la niñez.
Tengo que esforzarme por resignificar lo aprendido, porque comprar regalos con dinero no es apasionante. Andar perdidos por centros comerciales buscando siempre algo que es reemplazable, no es normal. Querer llevar tacón para parecer más elegante, más a la moda, más alta, más guapa, etc., no es digno.
2 comentarios:
Ohhhh! la dulce Navidad! me alegra mucho no tener que pasarla. estoy de acuerdo contigo el mejor regalo es el que haces con el corazón no con el dinero, cuando coges algo importante para ti y se lo regalas a otra persona estás dando una parte de ti misma.
besos!!!!
vaya! me arrepiento de comprarme las botitas..:-(que verdad lo que dices,todo el mundo tendría que hacerse un replanteamiento de las cosas ,hacer las cosas con más conciencia e ir a la esencia .maldita sociedad materialista y consumista.
Gandhi decía algo así como que no es necesario todo aquello que acumula polvo ,de ello podemos prescindir.un besito y sigue escribiendo!,Mar
Publicar un comentario