viernes, 9 de mayo de 2008

He visto a lo largo de mi vida una gran cantidad de imagenes de Marilyn, siempre me ha parecido una actriz explosiva pero mala, le veía la mirada de una fumadora de opio, parecía que no se tomara demasiado en serio la vida, más bien como si fuera una estación de paso en la que no había manera de echar raíces.
De pequeña mi madre me dijo que esta mujer se suicidó, pero no me explicó por qué la gente se suicidaba, se limitó a decirme que es "matarse a uno mismo" y me dejó con la incógnita.
He encontrado este fragmento escrito por el psicoanalista Boris Cyrulnik, interesado por el fenómeno de la resiliencia. Seguramente este señor cuando su hija pequeña le haga las mismas preguntas que hice yo, sabrá qué responderle.
"Nadie podía adivinar que era un fantasma. Era demasiado bonita para que nadie lo creyese, demasiado dulce y radiante. Un aparecido no tiene calor, es una sábana fría, una tela, una sombra inquietante. Ella en cambio nos maravillaba. Tendríamos que haberlo sospechado. ¿qué podría tener para embelesarnos hasta ese punto, para arrebatarnos y transportarnos, llenándonos de felicidad?. Estábamos en un error, un error que no nos permitió comprender que llevaba muerta mucho tiempo.
En realidad, Marilyn Monroe no estaba muerta del todo, sólo lo estaba un poco, aunque a veces lo estaba algo más. Al hacer que naciera en nosotros un sentimiento delicioso, su encanto nos impedía comprender que no es preciso estar muerto para no vivir. Marilyn empezó a estar viva desde su mismo nacimiento. Su madre, atrozmente desgraciada, expulsada de la humanidad porque había traído al mundo una niña ilegítima, se encontraba embrutecida por la desdicha. Un bebé sólo puede desarrollarse si se encuentra rodeado de las leyes que inventan los hombres, y la pequeña Norma Jean Baker, incluso antes de nacer, se hallaba fuera de la ley. Su madre no tuvo fuerzas para ofrecerle unos brazos que le transmitiesen seguridad: hasta ese punto se hallaba su mundo saturado de melancolía. Fue preciso internar a la futura Marilyn en orfelinatos helados y confiarla a una sucesión de familias de acogida en las que resultaba difícil aprender a amar.

Los niñso sin familia valen menos que los demás. El hecho de explotarlos desde el punto de vista sexual o social no es un delito excesivamente grave, puesto que estos pequeños seres abandonados no son enteramente niños de verdad. Así piensan algunas personas. Para sobrevivir, a pesar de las agresiones, la pequeña Marilyn “tuvo que ponerse a fantasear, a nutrirse del dolor mismo, antes de abismarse en la melancolía y la locura de su madre”. Así las cosas, declaró que Clark Gable era su verdadero padre y que pertenecía a una familia real…Marilyn se dotaba así de una vaga identidad, porque sin sueños locos habría tenido que vivir en un mundo de fango. Cuando lo real está muerto, el delirio proporciona un sobresalto de felicidad. Por eso se casó con un campeón de béisbol para e que cocinaba todas las noches zanahorias y guisantes pq le encantaba el color que tenían.
En Mannhatan, donde cursó estudios de teatro, se convirtió en la alumna favorita de Lee Strasberg, que había quedado fascinado con su gracia extraña. Ya para entonces, con mucha frecuencia, había estado muerta. Era preciso estimularla mucho para que no se dejase arrastrar a la no vida. Se quedaba adormecida, no se levantaba de la cama y dejaba de lavarse. Cuando la despertaba un beso, el de Arthur Miller, por quien se volvió judía, el de J. Kennedy o el de Yves Montand, volvía a la vida, deslumbradora y cálida, y nadie se daba cuenta de que estaba siendo embelesado por un fantasma….
Marilyn jamás estuvo viva, pero no podíamos saberlo, ya que su maravilloso fantasma nos embrujaba en el más alto grado".


EL MURMULLO DE LOS FANTASMAS
CYRULNIK BORIS

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