sábado, 19 de junio de 2010

Fatiga de la duda,
decisiones que me desbaratan
la vida,
pero indecisiones me arruinan
el riesgo.

Obstáculos. Miedos de niño
que se enroscan en mi estómago
como animalitos hambrientos.
Promesas que se truncan
en fracasos dilapidarios y
abren la herida a la lija.

Siento no ser más concreta.
Es una ternura donde se
sobrevive la inseguridad
del viento.
Un apego como espuma
arrimado a las incertezas
de esta vida.









María de Nicoletta Tomás

2 comentarios:

Caótica dijo...

Y qué sería de la vida, sin esas incertezas...

I love it Miss!

escribiente dijo...

Los miedos no son malos, tan solo energía combustible para viajar hacia el futuro,
tan solo hay que evitar el pánico que atenaza.
Las incertezas no son sino campos labrados
que esperan la siembra
nuestra semilla
y el agua de nuestra ilusión
para que crezcan vidas nuevas.

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