A menudo me impresiona la vida de muchos de los demás, aparentemente tan poco artificiosa. Y en el metro observo las expresiones de la gente, preguntándome si están acariciando cierta trascendencia cuando miran al vacío. O si están pensando en por qué les habrá puesto una cara tan rara el jefe, en si su pareja se habrá dado cuenta de que tienen un lío por ahí, en cuánto dinero pueden gastar en ropa este mes...
Puede que mi extrañamiento lo haya aprendido de "mis" escritores, o puede que al leerlos me identifique (huevo o gallina¿¿¿)
Mientras abría los ojos después de una corta siesta (...) oí a mi madre preguntar desde el balcón, con un tono natural: "¿Qué hace?" Una mujer respondió en el jardín: "Tomo la merienda sobre el césped". Entonces me sorprendí de la firmeza con la cual la gente sabe sobrellevar la vida. (Carta de Kafka a Max Brod)
Otra cosa que me dolió fue encontrarme con Marguerite Duras, feliz con sus cuatro baños diarios en el mar, hablándome de sus hijos, de su perro [...], y todo comentado sin angustia, sin frases definitivas, sin literatura, como lo hace alguien que pertenece a este mundo y participa plenamente de él. (Diarios A. Pizarnik)
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